viernes, 8 de febrero de 2013

El método Psicoanalítico de Freud




EL METODO PSICOANALITICO DE SIGMUND FREUD
Por Lic. Moyano Agustín Danilo

“Quien ha comenzado, ya ha hecho la mitad: atrévete a saber, empieza”
Quinto Horacio Flaco

Según Freud, los contenidos capitales del psicoanálisis y los fundamentos de su teoría son: “la existencia de procesos psíquicos inconscientes, el reconocimiento de la teoría de la resistencia y de la represión, la valoración de la sexualidad y del complejo de Edipo”.
Entre los 1880 y 1881 el doctor Josef Breuer de Viena trató un caso de histeria aplicando el hipnotismo y comprobó que la paciente al comunicar los afectos e ideas que la dominaban quedó liberada de los síntomas que la aquejaban. Sin embargo no siguió profundizando en su nuevo descubrimiento hasta que, en su retorno a Viena ,Sigmund Freud le insistió trabajar en conjunto sobre el tema. De las investigaciones que hicieron (que culminaron en textos como Sobre el mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos, o Estudios sobre la histeria) se deducen dos resultados importantes: a) que los síntomas histéricos poseen un sentido b) el descubrimiento de tal sentido provoca la supresión de los síntomas. Se llamo traumas psíquicos a las representaciones patógenas cargadas de un intenso afecto, que en tiempos pretéritos, su contenido no fue descargado debido a ser repugnante para las tendencias dominantes en aquel entonces, siendo así reprimido y haciendo necesaria la hipótesis de la existencia de procesos psíquicos inconscientes. El método terapéutico fue llamado catarsis ya que consistía en la descarga del afecto reprimido a través de la hipnosis.
Los primeros resultados eran alentadores pero Freud comenzó a notar ciertas desventajas en la hipnosis. Sabía que la catarsis dependía de la sugestión, de la relación entre el paciente y el médico, por lo tanto cuando tal relación se rompía emergían nuevamente los síntomas. Otro obstáculo práctico consistía en que el número de personas susceptibles de ser hipnotizadas era limitado. Por lo tanto se vio llevado a introducir una modificación de la técnica que  produjera en el paciente, como la hipnosis, una ampliación de la capacidad de asociación. Freud se dio cuenta de que en los pacientes emergían numerosas asociaciones pero que eran desviadas u omitidas de la comunicación y hasta de la conciencia por ciertas objeciones que el sujeto se hacía. Esto lo llevó a invitar al paciente a asociar libremente, a decir todo lo que se le ocurriera sin crítica ni omisión alguna. Aunque al paciente le fuera desagradable, insensato o impertinente comentar determinadas asociaciones, debía hacerlo igualmente porque las ocurrencias que provocan las objeciones tienen un gran valor para hallar lo reprimido. Esta será la regla fundamental del método psicoanalítico, y como contrapartida el analista deberá acoger las asociaciones del paciente con igual atención flotante, sin priorizar un elemento sobre otro, prestando igual importancia a todas las asociaciones. Esta técnica supera a la hipnosis en tres cosas: se podía tratar con ella a un número mayor de pacientes, no había que relatarles ni sugerirles nada, y se favorecía la relación humana entre paciente y médico.
Con el tiempo Freud se dio cuenta de que las asociaciones del paciente solían aproximarse a un tema determinado, con lo cual el analista debía deducir lo que el paciente se ocultaba a sí mismo y comunicárselo. En esto consistía el arte interpretativo del que Freud llegó a obtener resultados confiables, que se confirmaba por su repetición en casos análogos. Esto puede observarse con mayor detalle en el análisis de los sueños, vía regia hacia el inconsciente. La fuerza motriz que produce los sueños es una tendencia inconsciente reprimida durante el día, con la cual se enlazan los restos diurnos, y que se procura, con el materia de las ideas latentes, el cumplimiento de un deseo. El sueño es un producto transaccional resultado del conflicto entre una tendencia inconsciente reprimida, que tiende a lograr satisfacción, y otra represora, perteneciente al yo. Esta fuerza represora es la que impulsa la censura del sueño, responsable de la deformación que convierte las ideas latentes en el sueño manifiesto. Al aplicar el método de asociación libre al sueño manifiesto, se le pide al paciente que asocie libremente sobre cada elemento del sueño, hasta que la cadena de asociaciones es capturada por la fuerza de la unión causal desembocando en un punto x, del cual salieron los elementos que deforman y encubren la idea latente. El sueño se descompone en sus elementos hasta hallar, vía asociación libre, la causa y el principio general. Este método es bien llamado analítico-reductivo, porque reduce lo complejo a lo simple y lo desconocido a lo conocido. En el caso Hans la neurosis y el material patógeno es reducido a la relación infantil entre el niño y su padre. Por ejemplo el terror a los caballos era en realidad miedo a su padre, éste miedo estaba relacionado con una amenaza de castración por parte del padre, amenaza que finalmente estaba relacionada con la masturbación estimulada por el amor erótico a su madre, que le hacía tener sentimientos de ira y venganza hacia su padre.
Como puede observarse otra de las novedades surgidas al sustituir la hipnosis por la asociación libre es la etiología sexual de las neurosis. El instinto sexual, cuya manifestación dinámica es llamada por Freud “libido”, se compone al principio de instintos parciales independientes entre sí. Estos instintos que tienden a la satisfacción, quedan en el curso de su evolución cada vez mas sintetizados y centrado. El primer estadio de la organización pre genital de la libido es el oral, a continuación le sigue la organización anal, sintetizándose la mayoría de los instintos parciales bajo la primacía de la última organización llamada genital. La síntesis de las tendencias sexuales en el niño tiene como objeto la madre, y una actitud de rivalidad y hostilidad contra el padre, constituyendo así el complejo de Edipo que tiene suma importancia en la estructuración de la vida erótica. Las partes aisladas de los instintos que permanecen detenidas en estadios previos a la organización final producen fijaciones de la libido, que presentan una determinada relación con la ulterior neurosis y disposiciones a ulteriores transgresiones de las tendencias reprimidas.
La importancia de las pulsiones sexuales en la producción del síntoma queda demostrada también en la relación afectiva que se produce entre paciente y analista, llamada por Freud transferencia. Ya en Estudios sobre la histeria Freud la define como la relación entre analista y paciente a través de un enlace falso, y completa su teoría al respecto en el epílogo del caso Dora, donde ya se encuentran las ideas que completan su trabajo en 1912. Desde entonces, según Horacio Etchegoyen, la transferencia “Se trata de un fenómeno general, universal y espontaneo, que consiste en unir el pasado y el presente mediante un enlace falso que superpone el objeto originario con el actual. Esta superposición del pasado y del presente está vinculada a objetos y deseos pretéritos que no son conscientes para el sujeto y que le dan a la conducta un sello irracional, donde el afecto no aparece ajustado ni en calidad ni en cantidad a la situación real, actual.” Por lo tanto se define a partir de tres parámetros: realidad y fantasía, consciente e inconsciente, presente y pasado. “La vida emocional que el paciente no puede recordar, concluye, es revivenciada en la trasferencia, y allí es donde debe ser resuelta.”. El origen de la transferencia se encuentra en ciertos modelos que todos tenemos y son resultantes de la disposición innata y las experiencias de los primeros años. Puede ser positiva evocando amor o negativa manifestando erotismo.
Hacia 1920 las premisas fundamentales de la técnica psicoanalítica ya estaban escritas y, según Samuel Limpton,  Freud “dedico sus esfuerzos a la expansión teorética, al refinamiento técnico y a la estabilización y preservación de las premisas básicas contra las numerosas fuerzas que las acechan.”

Bibliografía:
Sigmund Freud, Obras Completas, Biblioteca Nueva, España, 1987, Cap 6.
Sigmund Freud, Obras Completas, Biblioteca Nueva, España, 1987, Cap 22.
Sigmund Freud, Obras Completas, Biblioteca Nueva, España, 1987, Cap 23.
Sigmund Freud, Obras Completas, Biblioteca Nueva, España, 1987, Cap 24.
Sigmund Freud, Obras Completas, Biblioteca Nueva, España, 1987, Cap 21.

Benjamin  Colman, Técnicas psicoanalíticas, Troquel, argentina, 1972.

Horacio Etchegoyen, Los fundamentos de la técnica psicoanalítica, Amorrortu, Argentina, 2009.

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