lunes, 11 de febrero de 2013

Educar para cooperar



EDUCAR PARA COOPERAR
Por Lic Moyano Agustín Danilo

“Todo el mundo puede realizar cualquier cosa que se proponga”

¿Qué es la escuela?
La finalidad de la escuela es formar hombres y mujeres que cooperen para que todos podamos cumplir con las mínimas exigencias de la sociedad. La educación que los hijos tienen en la familia debe ser completada con la educación escolar que está mucho más cerca de las exigencias de la nación y es más independiente de la crítica de los niños.

¿Cómo tratar a nuestros hijos?
Los hijos deben ser educados de manera democrática, esto quiere decir que se les debe mostrar cariño, se deben corregir sus malas conductas, no se les debe comparar con los otros hermanos sino que se debe fomentar la cooperación entre ellos.
Si esto se logra los hijos van a considerar a las demás personas como iguales que cooperan junto a él para formar una sociedad mejor.

¿Cómo educar a nuestros hijos?

Reglas básicas que fomentan la cooperación:
A)     Actuar, no predicar: Nuestros hijos suelen saber lo que deben hacer y lo que no deben hacer, por eso si los padres dan largas explicaciones para que el hijo entienda y si las repiten mucho lo único que logran es que el hijo se aburra y deje de escuchar. El adulto debe actuar, el hijo necesita que le presten atención pero hay que saber cuando hacerlo y cuando no. Hay que prestarle atención cuando se porta bien, y no prestarle atención cuando busca ser el centro de atracción. Cuando se porta mal hay que proponerle hacer una actividad que le interese y que sea socialmente útil.
B)      Dar ánimos: Hay que tener fe en que nuestros hijos pueden mejorar. No hay que premiar y elogiar los resultados sino valorar el esfuerzo realizado. Por ejemplo no hay que decir: “Estoy muy contento de que ordenaste tu habitación”, lo que los padres deben decirle es: “Creo que ahora estarás más contento porque encontrarás tus cosas mucho más fácilmente”.
C)      Evitar que desafíe a la autoridad: Dar una orden le da la posibilidad de decir que no. Lo que hay que hacer es colaborar amistosamente con nuestros hijos para que sean autónomos, porque si saben hacerse las cosas solos entonces no es necesario ordenarles que las hagan. Hay que pedirles lo justo, no sobrecargarlos ni sobreprotegerlos.
D)     Convivencia: La familia debe tener normas de convivencia que todos deben conocer y saber cuáles son las consecuencias si no se cumplen. Se recomienda que la familia se reúna para hablar sobre los problemas que van surgiendo, también para modificar o ajustar las normas.

Alfred Adler, La Psicología Individual y la escuela, Losada, Argentina, 1953.
Alfred Adler, La educación de los niños, Losada, Argentina, 1958.

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